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El Gobierno impulsa la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales: entrada gradual y adaptación

05/05/2025 – El Ministerio de Trabajo, liderado por Yolanda Díaz, impulsa la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales. Aunque se esperaba su aprobación el 29 de abril, un apagón eléctrico forzó su aplazamiento al 6 de mayo. A pesar de estar acordada por el Gobierno, CCOO y UGT, la medida aún debe pasar por el Congreso, y no se espera que entre en vigor antes de otoño. El Partido Popular podría retrasarla más en el Senado. La medida afectará solo a quienes actualmente trabajan 40 horas semanales; no impactará a quienes ya tienen jornadas más cortas por convenio. Los trabajadores a tiempo parcial seguirán con las mismas horas, pero podrían ver un aumento proporcional en su salario.

Se estima que hasta otoño (como pronto) no llegará esta medida, puesto que tiene que pasar un proceso que dura, de media, unos cinco meses en el caso de los proyectos de ley (las iniciativas que parten del Gobierno) y que podría reducirse a la mitad en el caso de que se declare que tiene que ser abordado con urgencia.

Medidas para adaptar la jornada laboral a diferentes sectores:

Flexibilidad y adaptación sectorial
Para facilitar la transición a la jornada laboral de 37,5 horas semanales en España, se están considerando varias medidas que permiten a empresas y sectores adaptar la reducción de horas sin perder productividad ni afectar salarios:
Jornada comprimida: Redistribuir las horas semanales en menos días, permitiendo trabajar jornadas más largas a cambio de más días de descanso. Esto es especialmente útil en sectores donde la actividad se concentra en determinados días.
Banco de horas: Acumular horas extra trabajadas en periodos de alta demanda para compensarlas con tiempo libre en épocas de menor actividad. Esta opción aporta flexibilidad en sectores con estacionalidad o picos de trabajo.
Compensación con días de vacaciones: Ajustar la reducción de jornada otorgando más días de vacaciones, siempre que el cómputo anual respete el nuevo límite de horas. El anteproyecto de ley permite esta modalidad, facilitando la adaptación en sectores con necesidades específicas.
Rediseño de turnos y contratación de personal: Sectores como hostelería, agricultura y construcción pueden optar por contratar más personal o reorganizar los turnos para cumplir con la nueva jornada sin sacrificar productividad.
Jornada flexible y distribución irregular: Permitir a los trabajadores adaptar sus horarios de entrada y salida dentro de límites establecidos, lo que mejora la conciliación y permite a las empresas ajustar la presencia según la demanda.
 
Negociación colectiva y plazos de adaptación
Las empresas y los representantes de los trabajadores deben acordar las medidas de adaptación, respetando la legislación y los derechos laborales.
Los convenios colectivos que superen las 37,5 horas semanales tendrán hasta el 31 de diciembre de 2025 para adaptarse, aunque este plazo podría ampliarse si la ley se retrasa.
 
Aplicación progresiva y gradual
El Gobierno apuesta por una aplicación progresiva y flexible, permitiendo que la reducción de jornada se implemente gradualmente y con margen de negociación en cada sector.
Se enfatiza que la reducción no debe traducirse en un aumento de horas extraordinarias, sino en una reestructuración real del tiempo de trabajo.
 
Adaptación para contratos a tiempo parcial
Para los contratos a tiempo parcial, se prevé recalcular el porcentaje de jornada en función del nuevo máximo legal, ajustando el salario en la misma proporción.
En resumen, la adaptación de la jornada laboral se basa en flexibilidad, negociación sectorial y herramientas como jornadas comprimidas, bancos de horas y rediseño de turnos, con un enfoque progresivo y sin reducción salarial.